martes, 13 de noviembre de 2012

On 5:35 by Feli Graph..(829) 650-6511 in , , , ,    No comments
Ciudad Universitaria.- Cuando el policía mató a balazos al estudiante de medicina Willy Warden Florián Ramírez, no pudo contener la emoción y se jactó de su hazaña. Quiso reclamar para èl la "gloria" del asesinato de aquel estudiante de la Universidad Autónoma de Santo Domingo que protestaba contra el paquete fiscal que momentos antes había aprobado el Congreso Nacional. Al igual que otros periodistas, uno de ellos de Reuter y mi amigo Genris García, de Vigilante Informativo, estábamos allì. Genris y el periodista de Reuter hacían fotos desde cierta distancia usando potentes telefotos.
Yo llegué al lugar por casualidad. No andaba trabajando, por eso no llevé cámaras con zoom potentes. Eso sì, llevaba conmigo mi fiel camarita de video pequeñita, que casi parece un celular. Para grabar las escenas tenía que meterme dentro de los incidentes.No podìa hacerlo a distancia. El zoom de este modelo de cámaras no es bueno. Eso me daba la ventaja de que podía respirar con los policías el mismo aire que ellos respiraban, escucharlos jadear y sentir sus emociones. Por eso estuve cerca cuando aquel policía, bastante joven, que estaba vestido de gris, se colocó un pasamontaña del que solo se podían ver sus ojos. El policía estaba entusiasmado y altamente excitado. Le molestaba la reacción de sus demás compañeros, quienes no se animaban a usar sus pistolas. Sobre todo, reclamó acción armada cuando, supuestamente, vio allá, a lo lejos, a un manifestante en supuesta posesión de un arma. Yo estaba a su lado y no la vi. Quizás porque mi vista ya no es "20-20". En poco tiempo obtuvo la colaboración de un segundo agente de Policía que, sin ningún miramiento, ante la presencia y complacencia de sus superiores, sacaron sus respectivas pistolas y corrieron de frente hacia la multitud de estudiantes. Cuando lo hacían, disparaban sus pistolas en forma horizontal. Uno de ellos reaccionó claramente emocionado cuando hirió en un pie a uno de los manifestantes. De lejos el creyó ver que fue en un pie porque le vio cojear. Minutos más tarde, en una nueva ofensiva, pistolas en manos, uno de los policías gritó, más o menos: -"¡Renzo, le di en la cabeza a uno, coño!". Allá, a lo lejos poco después vi como los estudiantes trasladaban a alguien. Desde el lugar en que yo estaba, me era difícil cruzar para ver el herido puesto que la intensidad de los gases me impedía respirar. Poco después me enteré de que un estudiante había caído. En principio se dijo que fue de un balazo. La Policía dijo en la noche que se trató de dos balazos. Esto no se puede descartar puesto que los policías disparaban repetidas veces hacia un mismo lugar. Minutos antes de que ocurriera la tragedia se percibía que la muerte estaba rondando el lugar, sobre todo cuando los muchachos que le tiraban piedras a la Policía, acorralaron a estos y los obligaron a retirarse decenas de metros de la esquina de las avenidas Josè Contreras y Alma Mater. Ciudad Oriental escuchó a un comandante policial reclamar que les enviaran municiones puesto que las que tenían se les agotaban. Fue después de este pedido y ya sin bombas lacrimógenas que entre dos y tres policías, con el beneplácito de sus superiores en el lugar, sacaron sus pistolas y dispararon en forma indiscriminada haciendo gala de un uso excesivo de la fuerza y matando a un estudiante. El que se colocó el pasamontaña, sin ser de las fuerzas especiales, y el que recogía casquillos sabían lo que hacían. Observen el vídeo a continuación para que se hagan una idea más aproximada de como ocurrieron los hechos.

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